Cuando el suelo que se tiene es demasiado ácido con un pH de 5.5 o inferior, lo que se tiene es una tierra que, por su composición, bloquea algunos minerales esenciales para las plantas como lo son el hierro y el magnesio. Aunque son muchas las especies que crecen de maravilla en él, hay otras que tienen muchos problemas.

Protección de árboles

Para solucionarlos, o incluso para prevenirlos, es muy recomendable echar cal. Pero, ¿sabías que hay diferentes tipos? Cada uno de ellos tiene utilidades diferentes, por lo que vamos a verlos todos para comprar la que necesitamos.

Tipos de cal

En la naturaleza se encuentra piedra caliza, la cual está compuesta sobretodo por carbonato de calcio (CaCO3). Cuando el CaCO3 se pasa a hornos cuya temperatura es de 1200ºC, se obtiene óxido de calcio (CaO) que es lo que se conoce como cal viva. Teniendo esto en cuenta, hay tres tipos de cal:

  • Cal agrícola, que no es más que carbonato de calcio (CaCO3)
  • Cal viva, que es óxido de calcio (CaO)
  • Cal muerta o apagada, que es hidróxido de calcio (Ca (OH)2)

Cada tipo de cal se aconseja para diferentes usos, que es:

Cal agrícola

Esta cal es la que más se usa en jardinería para mejorar el suelo y subir el pH. Al hacerlo, se consigue que las plantas puedan asimilar mucho mejor los nutrientes, y eso por no hablar de que aporta calcio. También se usa para controlar los hongos propios de los suelos ácidos.

Cal viva

Se utiliza en jardinería para preparar caldos (como el caldo bordelés) los cuales eliminan las plagas que afectan a las plantas, como herbicida, y como fertilizante ya que aporta calcio que, a pesar de que es un micronutriente, es esencial para el correcto desarrollo y mantenimiento vegetal.

Eso sí, hay que tener mucho cuidado y no echarla nunca encima ni alrededor de las plantas, puesto que las deshidrataría.

Cal apagada

Se puede usar en la obtención de composta, como biocida y para mejorar las características del suelo, tanto la acidez como la porosidad.

¿Cuál es la dosis?

La dosis general es de 1 a 2 gramos por kilo de tierra, una vez al año. Pero hay que hacer un análisis químico del suelo previo para determinar la cantidad exacta.

 

¿Sabías que la cal tenía tantas aplicaciones?